sábado, enero 15, 2005

¿ES ASI?, por Rolando Drut

Este crimen bárbaro es aún parte de la historia de Alemania y representa la abominación moral más absoluta, una negación sin precedentes de todo lo civilizado. Israel, siempre podrá contar con nuestro apoyo, porque la seguridad de sus ciudadanos será parte no negociable de la política exterior de Alemania. (Joschka Fisher, ministro de Relaciones Exteriores de Alemania.) Discurso pronunciado en la Asamblea general de las Naciones Unidas en ocasión del homenaje a las víctimas de la Shoah, enero del 2005.

Vivimos, los sobrevivientes en este mundo, como todos, y muchas veces nos olvidamos de re-pensar ciertas afirmaciones que oímos al pasar, inclusive referente a situaciones vividas a lo largo de nuestra existencia. Es cierto que preferimos no regodearnos constantemente con el sufrimiento pasado, pero obviamos el mismo tiene una injerencia sustancial en nuestro vivir, nuestro hacer y, por ende el porvenir y en esencia, el de las próximas generaciones.
Se nos ocurre una disgresión ahora y acá sobre, - ¿Qué es lo que debe pensar un alemán?, - de nuestra generación, que era como muchos de nosotros, un chico, un joven, un adulto, durante la segunda guerra mundial y, hoy puede ser un dirigente de su pueblo, un funcionario, o simplemente un hombre común o una mujer, simplemente, que hace su vida normal, trabaja, tiene hijos, nieto. ¡ Hipótesis complicada... ¡
¿Se pondrá a pensar, sobre qué hizo su papá o su abuelo, durante esta nefasta epopeya que aquí recordamos?. No es cuestión de nostalgia inútil, sino tratar un poco de interpretar, cómo fue la participación de sus antepasados. ¿Tendrá vergüenza de ellos?. Naturalmente, no son culpables por lo que hicieron sus padres, pero, ¿cómo es que de la noche a la mañana, el pueblo alemán se ha vuelto enteramente democrático y los focos de neo-nazis, pequeños, que dicen que todavía existen, no existen?. (Recordemos que la República de Weimar, tampoco levantó la voz, cuando germinaba el nazismo y, se lo tomó como una moda carente de sustancia, para la democrática sociedad alemana de entonces). Hay hechos, por más que nos esforcemos, vamos a seguir sin entender del todo... ¿En qué medida, el pueblo alemán a prestado apoyo, con su silencio, a aquello que llamamos, Shoáh?. ¿Cuantos han colaborado y, hoy se hacen los distraídos...
¿Cómo es, que de pronto se ha instalado la democracia?. ¿Se trasplanta en cualquier medio, en una tierra que no ha sido abonada a través del tiempo? ¿La libertad, se aprende a valorar de la noche a la mañana o, se la construye? ¿Qué les podemos decir a nuestros hijos, sobre ustedes?. ¿Qué podrán estar mascullando, los de ustedes, cuando pregunten por los abuelos?. “ El odio ha desaparecido de nuestros corazones...”, “ El tiempo lo ha curado todo”. ¿Creen que hay forma de pagar, con dinero todo el ominoso pasado?. “¿Ahora somos los mejores defensores del pueblo judío y, el Estado de Israel es el mejor amigo que tenemos y, que siempre podrá tener a Alemania de su lado?”, dicen ustedes. Debemos estar locos, porque, no llegamos a entender, cómo se transforma la mente del hombre, a lo largo de una generación. “Ahora somos los buenos”... No nos cabe, no alcanzamos a comprender. Ningún discurso es suficiente, ninguna justicia es suficiente. No es cuestión de ojo por ojo. ¿El odio de ayer, se ha transformado, simplemente, porqué ciertas voluntades así lo han dispuesto?. !Qué raro que es todo¡
Es cierto, todavía no entendemos bien, todo lo ocurrido después de la Shoah. Las grandes verdades no han sido reveladas, la memoria debe tener memoria y, es fundamental, tratar de interpretar, que los intereses geopolíticos son tremendos. Que estos hacen olvidar lo inolvidable: pero, mientras algunos de nosotros, los sobrevivientes, estemos con vida y lúcidos para hacer comprender que hay cosas que no se compatibilizan, trataremos de ejercer nuestros derechos incontestables, porqué, 6.000,000 de vidas, un pueblo casi, ha sido masacrado sin motivo alguno. No es solo la culminación del odio ancestral al judío, más el avance tecnológico lo que ha permitido hacer lo que se hizo, sino que fueron grandes grupos económicos, los principales colaboradores. Es, en este contexto, que debemos entender lo acaecido y, no transmitir que, solamente unas fuerzas malignas, de repente aparecieron y, así sucedió lo que sucedió y, porqué sí. Todo amerita una explicación. Quizás no sea esta la más fidedigna, ni la mejor. Seamos perseverantes, sigamos cuestionando, sigamos haciendo docencia y, continuemos bregando para que no resurja bajo ninguna de sus formas o eufemismos, el nazismo, la intolerancia, la discriminación. Nuestros muertos merecen esta lucha interminable. No hay perdón a lo imperdonable. No hay olvido a lo inolvidable.