jueves, diciembre 29, 2005

Cuando no se tiene más que amor, por Rolando Drut

QUAND ON N´A QUE L´AMOUR
(en recuerdo a Jaques Brel)

Cuando no se tiene más que el amor,
¿Qué se puede regalar?
Un verso, un poema es bien poco.
Las palabras, solas no sirven.
Cuando no se tiene más que el amor,
¿Qué se puede regalar?
¿Sabrás con que se viene?
¿Aceptas lo que se puede dar?
¿Querrás recibir un milagro?
Nada ni nadie dará demasiado.

Cuando no se tiene más que el amor,
¿Acaso se tiene todo por dar?
El amor es para desparramar,
Cualquiera no sabe que es el amor,
Algunos no lo ven, no lo entienden.
Quieren algo ¿Una flor a lo mejor?
¿Una moneda? ¿No lo sienten?

Cuando no se tiene más que el amor,
La ilusión puede ser grande,
La generosidad inmensa,
Pero a los ojos del Principito,
El otro te quiere domesticar,
te quiere esconder y guardar

Cuando no se tiene más que el amor,
Hay que entregarlo,
Día tras día y también después,
De cualquier manera y al revés,
También es necesario.
Estará ahí, siempre,
Solo se esparcirá.
Alcanza a corazones dulces,
En la cosecha de los viernes.


Cuando no se tiene más que el amor,
Haz un regalo este fin de año,
Siembra el mar más cercano.
Recogerás en los durmientes
Y en sus extasiadas miradas
Levantarás suelos escarchados
Emociones eternas aparecerán
Sabrás entonces comprender,
Que no estas solo.
No te preocupes,
Estaré con vos, te acompañaré,
Juntos aprenderemos a dar.
¿Sabes? Todavía tenés tiempo,
Si no podes, te digo: ¡Te quiero¡

Cuando no se tiene más que el amor,
Tenemos todo y mucho, mucho más,
Te llamaré todavía, aunque no creas,
La esperanza, mañana es posible.
Está entre nosotros.
Podes buscarla sin quebrarte.
Tengo bastante, te ayudaré.
Y si acaso no es suficiente,
Volveré otra vez a ayudarte,
Tengo tiempo para esperarte.
Este fin de año,
Estaré con vos.

miércoles, diciembre 21, 2005

"¿Qué habría hecho yo? Los Sonderkommandos" por Rolando Drut


Tenían como misión conducir a los judíos al lugar donde debían ser gaseados, transportarlos luego hacia los hornos crematorios, arrancarles las prótesis dentales de oro, cortarles el cabello y a posteriori hacer desaparecer sus cenizas. Esto, en forma sucinta era la tarea asignada a estos prisioneros judíos. Naturalmente, eran obligados.

Algunos de ellos, pocos, han dejado escritos describiendo como funcionaba la “fabrica de la muerte” de Auschwitz.

Después de liberados los Campos, (Auschwitz fue liberado el 27/1/1945) algunos de estos manuscritos han sido encontrados. Entre los años 1945 y 1980, aparecieron. A los ojos del mundo son, irrefutables pruebas, algo así como verificaciones necesarias para la historia y un golpe en plena cara para los “negacionistas”. Cómo se comprenderá el hallazgo es relativamente reciente (resalto que el último es de 1980) y fueron ubicados cerca de los lugares de “trabajo” de sus autores.

El primero es de Haim Herman, escrito en francés, encontrado en febrero de 1945. El segundo es de Zalmen Gradoski en yiddish, encontrado en marzo de 1945. Otro pertenece a Lejb Langfus, en yiddish también, ubicado en abril de 1945. El cuarto, es de Zalmen Lewental, en el mismo idioma que el anterior, encontrado en julio de 1961. Y el último es de Marcel Nadsari, en griego, hallado en octubre de 1980.

Estos textos, no demasiado difundidos, fueron traducidos con grandes dificultades, pero ello tiene su explicación. El de Gradoski, es el más extenso y el mejor preservado, inclusive el más interesante desde el punto de vista documental. Fue publicado en francés en el año 2001. (CDJC-Centre Documentation Juive Contemporaine, Georges Bensoussan, Philippe Mèsnard y Carlo Saletti, edición Kimé).

Dichos testimonios, ayudan a reconsiderar la actitud de los judíos, con relación a su colaboración con el perpetrador Nazi. Hanna Arendt (1906/1975), hizo mención de la cuestión, acusando a los judíos de haber participado activamente en el asesinato de sus congéneres, con el fin de “salvar la vida”. ¿Entendió realmente como era la situación?

Los documentos contienen vivencias personales y generales. Ellos han estado ahí, en el lugar de los hechos y han sido partícipes innegables de aquella macabra tarea. Estos hombres son los que introdujeron los cuerpos en los crematorios, los han olido, los han tocado. Era quizás, el peor momento de la tragedia. Y lo cuentan sin ambages. Los Sonderkommandos, se hallaban ellos mismos al borde de la muerte, al borde de su propia muerte. Nada los retenía a la vida, en el “oleaje” contante con los límites no precisos, entre lo moral y lo ético ¿Existieron las opciones? A través de sus relatos se pueden extraer las vivencias, más terroríficas del comportamiento humano. Algunos, muchas veces se habituaron, otros se suicidaron ante el conflicto a enfrentar. Relatan todo, sin embellecer absolutamente nada de lo cotidiano, sin esconder lo observado. Los Sonderkommandos fueron, junto con los prisioneros políticos de Auschwitz los primeros en rebelarse. El 7 de octubre de 1944, los que estaban a cargo del crematorio NºV, matan a algunos guardias, destruyen varios hornos y escapan, luego son vueltos a capturar y masacrados cerca de Birkenau. Los manuscritos ayudan a esclarecer e intentan hacernos comprender el estado mental de estos hombres desesperados, sin fuerzas, separados de su familia, igualmente asesinada. En el mes de noviembre de 1944 Himmler ordena detener el gaseamiento y empieza la operación “limpieza” esperando borrar evidencias.

Los dos manuscritos de Gradoski, fueron escondidos en envases de aluminio con un encabezamiento claro y preciso: “Aquel que encuentre estos documentos, sepa que está en posesión de un documento histórico”. Él testimonia empezando a relatar como su familia fue perseguida en los años 41/42 y completa detallando la actividad que realizaba en el Campo.

Otro de los escritos fue ubicado en un recipiente de vidrio y describe la tarea con detalles concretos, fríos y sin comentarios. Otro, difícil de descifrar estaba envuelto en una suerte de hule y metido en una lata común. Su estado de conservación era deplorable ya que estaba atacado por insectos y un grado alto de putrefacción. Su estilo era muy confuso, con frases interminables y falta total de puntuación, y ello dificultó la transcripción.

¿Cómo pudieron estos hombres escribir? ¿Cuándo? ¿Dónde? Se sabe que algunos tenían un régimen, diferente de las otras víctimas. En principio eran seleccionados por su constitución física y se beneficiaban con una alimentación más calóricas, mejores camas, duchas, ropa, calefacción. Tenían un régimen de 12 horas de trabajo y 12 de descanso. Accedían a elementos que a otros les estaban vedados. Por ejemplo papel y lápiz. Se infiere que en los momentos de reposo pudieron escribir, ya que estaban aislados de los otros prisioneros. A simple vista puede interpretarse que hubiesen gozado de comodidades especiales, pero la triste realidad - y esto es lo más importante - es que estaban expuestos al más crudo dilema ético que pueda enfrentar un ser humano: la vida de uno o la vida del otro; la muerte ahora o la muerte un rato después.

Al historiar estos momentos tan peculiares, tan profundamente dolorosos, no existe intencionalidad de exculpar a sus actores. No reside en ello la esencia de la problemática. Si, es determinante el convencimiento de comprender un poco más la relación con lo acaecido por hombres colocados en situaciones extremas de la existencia misma y no responder en forma unívoca sobre responsabilidades o culpas ¿Qué hubiera hecho yo? ¿Cómo habría sido el comportamiento de usted, colocado ante tal disyuntiva inimaginable? ¿Yo compelido a matar? ¿Usted lo habría hecho? ¿Podría haber hecho otra cosa? No había otra cosa, no hubo elección y ahí el dilema extremo.

Complicado, por cierto.

¿Tiene respuestas? Por ahí jamás se podrá satisfacer estas preguntas, pero comprender la magnitud, la unicidad de lo realizado por los nazis, puede ayudar a vivir y a ejercitar la memoria colectiva como una premisa esencial para el porvenir e intentar prevenir sus posibles reiteraciones.

El futuro, es lo significante como construcción de una nueva filosofía humana y ello, sí es posible.

Noviembre 2005

lunes, diciembre 12, 2005

No tenemos el antídoto - por Rolando Drut

“No tenemos el antídoto, exceptuando la inquebrantable esperanza a que – en el futuro – prevalecerá la verdad, la honestidad y la autocrítica racional; en todo el mundo hemos llegado a un callejón sin salida.” (Robert Wistrich, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén). Pag. Nº43

La cita precedente es de un pequeño artículo sobre “Negacionismo, Antisionismo, y antisemitismo” aparecido en la revista “Nuestra Memoria” Nº25. Existe, al desandar el artículo, una cierta sensación de perplejidad y preocupación, pero es quizás lo menos relevante. Con detenimiento el autor aporta datos y efectúa un derrotero sobre la situación de nuestro mundo actual y verifica que lo único que poseemos en nuestras manos es: “LA ESPERANZA”. Comienza por elucidar los planteos de Roger Garaudy y de Robert Faurisson, iniciadores entre otro del “Negacionismo” y recuerda las actitudes varias y múltiples al respecto. Dice en otro párrafo, “Aquellos que creían que la educación sobre el holocausto en sí mismo podría frenar la creciente ola de antisemitismo, por el contrario sirven como un bumerán potencialmente peligroso para Israel y las comunidades de la diáspora.” (Pag, Nº39). ¿Será, que los que estamos empecinados en una tarea compleja intentando verificar y bucear cada día en los mecanismos para la transmisión de la Shoáh, estamos equivocados?

Reitera “No hay una evidencia convincente de que educando a los jóvenes sobre la Shoáh se evitarán ataques contra los judíos, ni que ello conducirá a un mundo mejor, ni que - por si sola- permitirá reducir el racismo y el antisemitismo”(pag, Nº 39).

El escrito es sumamente rico en detalles y especificaciones, pero debemos insistir, que arribar a conclusiones tan firmes, serias y con una impronta como corolario, que todo está perdido de antemano no nos conduce a nada, no colabora con el espíritu de transmisión. El planteo es brillante, pero a qué nos lleva encontrar después de tamaño discurso, un temible callejón sin salida. ¿No va a ayudar en nuestros propósitos? ¿Es un tema de reflexión?